jueves, 21 de octubre de 2010

Y LLUEVE. Y LO SABES

Y llueve. Y lo sabes,
pero no me pidas que la tierra cante.
Somos parte del silencio. En la niebla equivocada
la muerte se ha dormido.
Tenemos cinco madrugadas y un cristal antiguo que sucede a los desiertos.
Y no hay más vino. Sólo este sol,
esta luz puede
cambiar la geometría de la casa.
Una casa de blancura,
una casa tal vez amarilla,
una casa muerta
que se despide de vosotros.
Y camina. Y canta.
(La casa avanza hacia el río).
Las farolas agrias, la calle fría.
Y la casa de largas piernas
ensayando el éxodo.

Los caminos de Dios,
la ebriedad del alma,
los ojos
             de los cielos
desolados.

Os invito a conocer la luna
desde esta madrugada.
Os invito a desangrar la tierra.

Otra escena. Otro mar. Otro cuerpo.
La piel también se duerme,
y ahora tú me respondes con el fuego.


Luis Llorente Benito,
21-10-2010
(noche del miércoles 20, escrito en El Alquimista, Salamanca,
a raíz de un poema de Jacques Roubaud sobre la lluvia)

*Gracias a Koji, a Andrea Mazas, a Victor Ballcells, a Andrés Sudón y a Emilio Papel por los tragos compartidos y por ese ejercicio de acercamiento, amistad y aproximación a la poesía.
(Y a Luis Somoza, Ane González y Andrés Catalán, aunque en el punto álgido de la ebriedad colectiva ya no estaban).

1 comentario:

  1. me quedo con el final del poema,y con el verso " y los ojos de los cielos desolados"

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