viernes, 1 de octubre de 2010

AL FINAL DEL VERANO

Al final del verano vuelven los niños,
corren en la escollera, corren en el viento.
Tuve miedo de que no volviesen.
Porque los niños a veces no
regresan. No se sabe por qué
pero también ellos
mueren.
Ellos, frutos solares:
naranjas granadas
caquis. Jugosos
en el otoño. El que vive dentro de mí
también ha vuelto; continúa corriendo
en mis días. Siento sus ojos
reír; sus ojos
pequeños brillar como clavos
cromados. Siento sus dedos
cantar con la lluvia.
El niño ha vuelto. Corre en el viento.


EUGÉNIO DE ANDRADE
(traducido por Ángel Campos Pámpano)

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