lunes, 4 de octubre de 2010

SE CAE LA TARDE

Se cae la tarde
como cuerpo derrumbado.
Los pliegues indecisos del deseo.
Los árboles del parque, alta tierra sucia,
piedras de una calle que habitamos
como dioses en la casa del olvido.
Y ahí nace la sangre,
la sangre de mirar este destello
y perderse en las horas
para regresar
con la lumbre del sol en la mano.


Luis Llorente Benito, octubre 2010

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