jueves, 10 de octubre de 2013

APARECIDA LUZ...



                                    dejando lejanía como un beso
                                                       Vicente Aleixandre



Aparecida luz, fugaz memoria
que dice el testamento de su estirpe.
En la trazada línea
que separa el fuego de dos cuerpos,
los rincones de la piel o la ceniza del poema
como una escena interminable.
Como una casa en ruinas
la proclamada luz que va dejando su fulgor
aún más breve.
Como el párpado cortado por el frío.
La mirada recorre con la muerte
las agujas del cielo desatado.
Una soledad
que no termina en un paisaje,
ni deja abolidos los recuerdos,
ni la lluvia inalterable y agitada
de las tardes de verano oscuras.
Como los horizontes que muerden
manos en lejanías coronadas,
la voz que ya es residuo de la carne.
Como una cítara que suena y no se sabe dónde.
Como el vértigo de hilos sin pupila
en el perímetro de un ojo sin decoro.
La luz aúlla en tanta vida,
resplandeciente signo sin descanso,
lugares que definen lo inmortal.

Como el pan celeste o el rumor de las gaviotas,
a la tierra todo vuelve y reconoce
sus últimas fronteras habitadas.





8-10-2013