martes, 18 de septiembre de 2012

EL MUERTO



Eso que está delante de sus ojos
es un espejo.
Como sabe, es un lugar para la muerte.
Repita los signos de su historia: allí
hay volúmenes precisos,
formas vanas
que su mente dejó sin descendencia,
como un poema sin terminar. Observe
que hay un ruido que le separa de la luz,
y nace un sueño en la órbita del mundo,
lejana y sublime, sagrada y necesaria,
como esto que está sucediendo
en su memoria: no se fíe del lenguaje
si pretende sonreír.
Eso que está delante de sus ojos
es un espejo. Como sabe,
es un lugar para la muerte.
Esa líquida ciudad
donde todo pasa como una súbita mentira.
Ese oído que se quedó colgando del deseo.
Mírese, y observe
los años robados a la niebla,
la cicatriz de todo lo insepulto:
el tiempo no perdona a la venganza.


Luis Llorente

18-9-2012