viernes, 8 de octubre de 2010

SI EL MAR FUERA UNA CASA

Si el mar fuera una casa
donde sentir el viento,
el viento en las ventanas
y la humedad fingida de la noche.
Si esa palabra que no pronuncio ahora
sirviera otro día a los labios y a los barcos sin memoria.
Amar es conjugar el verbo de la duda
y destejer la piel de la mirada,
desnudarse en el asombro,
abandonar la carne o empezarla.

Recorrer el reloj como recordar un disco de jazz olvidado.
Mirarme al espejo y no reconocerme.


Luis Llorente Benito,
de La madera humedecida (agosto-noviembre 2009), inédito

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