miércoles, 10 de noviembre de 2010

UN POEMA DE JOYCE MANSOUR

Llueve sobre la concha azul de mi ciudad.
Llueve y el mar se lamenta.
Lloran los muertos sin parar, sin razón, sin pañuelos.
Los árboles se recortan contra un cielo viajero
mostrando sus recios miembros a los ángeles y a los pájaros,
pues llueve y el viento se para en seco.
Locas gotas limpias de mugre
caen en las calles sobre los gatos
y el olor graso de tu nombre se propaga por las aceras
y el asfalto.
Amor mío, llueve sobre la hierba cortada
donde nuestros cuerpos tumbados se fecundaron dichosamente
todo el verano.
Llueve, oh madre, y ni siquiera tú puedes hacer nada,
pues el invierno avanza solitario por nuestras largas playas
y Dios se ha olvidado de cerrar el grifo.


Joyce Mansour traducida por Eugenio Castro

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