el subir verdadero del subir
J. R.
Jiménez
Comienzo a ver la noche,
sus pasos orillados,
sus minutos descompuestos
al vacío de lo mismo,
en el aire,
hacia el signo del fuego.
Sigo la línea marcada
por los ojos cerrados,
el pulso entreabierto como
un grifo celeste.
Como abrir el alma al
paraíso.
Como tejer lo que se va,
lo que se está yendo
en este instante.
Comienzo a ver la noche y
queda
un minuto de sol sobre la
tierra.
Comienzo a ver lo que
invisible nace
sobre el mundo, sobre este
recinto
de la sombra. Lo que
empieza como un ángel
y es oscuro, y nos da la
lluvia y las palabras.
Lo que tanto ruido no
podrá decir.
Lo que siempre nace.
Lo que nunca encenderá la
muerte.
No habrá otro día.
No habrá otra noche para
Dios.
Ese ángel del atardecer, como el ángel del amanecer, como el amor alado, como la muerte que nos revolotea, como los poemas que vuelan siempre lejos de nosotros. Gracias, poeta!
ResponderEliminarDe visita por tu blog y muy contenta con este poema que se teje. Somos tejidos, ambigüedad propia de la escritura y el ser.
ResponderEliminar"en donde empieza este verso
veo las encrucijadas que se han tejido
con la paciencia de Penélope"