miércoles, 2 de mayo de 2012

LA FURIA



El signo del día. No digas ese cuerpo. Hay un lugar que existe
detrás del olvido, de todo lo que sigue por el mar
como las líneas ocultas de una tarde borrada. Los ojos
que caen y los soles
que empiezan. Hay un perro aquí: los vientres insepultos, las cenizas acabándose.
Lejos el umbral de la memoria. Mantén la noche cerrada, los pasos
que se reflejan en la sangre, el latido del dios que vence
al eclipse de la lluvia. Cuidado con el día. Aquí hay un vasto reino.
Es domino de la voz y semilla en la palabra. Cuidado con el día. Aquí
tus ojos se posan en mi frente. Mis labios duermen y a veces sucede
un sueño impuro que entra al centro. Pienso en tu nombre. Los días borrándose
y todo queda
más al fondo de la noche, el ruido estepario, los canales de la luz, todos los signos
que nunca se equivocan. Yo te amo. Cuidado con el día.
La marea rompe, los refugios se destruyen. Alerta, alerta. Cuidado con el día.

Cuidado, que estallan las lámparas del beso
y aún estamos muertos. Cuidado, que no habrá memoria
detrás del humo. Cuidado con los lentos pulmones de la luna. Cuidado
con la noche, cuidado con el olor del mundo, 
con el rostro abandonado y las huellas de los siglos.
Cuidado con todo lo que nace.
Cuidado, que esto es un desierto más allá de todo.
Cuidado, que yo te amo
y la noche es negra y larga.

1 comentario:

  1. Una belleza, hermano poeta! Cuidado, que estallan las lámparas del beso (...) Cuidado con los lentos pulmones de la luna (...) Gracias por tu poesía!

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