miércoles, 25 de abril de 2012

OFICIO DE INOCENCIA



Tenemos otros ojos
cuando ha pasado el tiempo
y nuestra sombra es diferente, otro pulso
a la deriva de lo nuestro, una identidad
que va mudando, como todo lo que huye
sin saberse. Ahora abril tiende sus puentes
vacíos, sus ramas separadas por el sueño,
y las horas se desnudan en la luz de los lugares
que se ocultan, y yo estoy más limpio
y puro y seguro de mí mismo,
porque sé que habré acertado en mi respuesta,
porque sé que hay un engaño
en todo laberinto, en todo espejo de la vida,
oblicuo y convexo. Y siempre el odio
bajo el humo, las personas que sólo creen
en la mentira, lo que se disfraza como sol
y sólo es vacío. Pero uno sabe
dónde está su luz, dónde su pureza,
dónde la inocencia
siempre poderosa como un astro
sobre el muro del odio,
como una llama al fondo de la noche.

Y mi fuego basta.

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