jueves, 26 de mayo de 2011

ANÁLISIS DEL MUERTO


Pasó la luz
y se quedó pensando
en las orillas secas de la tarde.
Esquinas sucias, como un balcón que huele a muerto.
Y no iba yo a conocer
la mirada de aquellos que retornan,
como una profecía o un cumplido.

Sólo así podría suceder
el tiempo fragmentado
como frágil amor a los crepúsculos,
las orillas de un cielo que empezaba
atormentadamente destruido.

Coja usted ese libro
y pregúntese por qué ese poema
no es el mismo que aquel que leyó ayer,
aunque esté en la misma página.


Luis Llorente
26 de mayo, 2011

Para el poemario Nunca

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