martes, 20 de diciembre de 2011

poema


Este poema.
Esta luz que cruza
de un lugar extinguido
a otro lugar
extinguido. El vuelo del sombrero
en aquel señor que dibuja su muerte
por la calle. El ruido
del coche
que pasa solo, en esa calle oscura
y tan vacía. El peso del silencio
y las astillas del mundo: un cartílago
ardiendo en la memoria. Este contenido
llanto tras un disfraz. (Y qué disfraz,
cómo ponérselo). Y nadie sabe, ninguno sabe
dónde está el camino. En toda duda
hay un pájaro que cae. En todo pájaro
un corazón oxidado que define
el tiempo y su secreto. Aquí no el muro
sobre el vientre. Aquí la fingida tristeza
nauseabunda. Este poema. Este verso
que no digo. Esta calle. Este insomnio.
Estos ojos que se alargan sobre el canto
y el ángulo exacto de la luz inerte.

Esta sorpresa inevitable.


Segovia, 20-12-2011

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