jueves, 28 de noviembre de 2013

ARROJAS...



                           ardiendo 
                           qué hilo no nos separa de la nada
                                                                   Ana Gorría 


Arrojas al canto
la sal de la memoria
La piedra fulgura
el lento animalito
de párpados cautivos
la rota luz en las cuerdas de la mansedumbre
la espinada ceniza de los días
la resina del árbol
en los círculos de muerte
o el beso de fuego
que se atiene a la tormenta
Aquí en la boca
no fantasma
aquí en el cuerpo
no entra luz
Qué signo quién contempla
el incierto farfullar de los sonidos blandos
como agujas del destierro
coronado

el hilo que pende
más antiguo que el silencio
el choque derrotado en las batallas
y los días escritos
en la nube de los labios

la música prestada a la intemperie
las venas de la aurora
abiertas y acabando
pero dónde la hermosura no termina

el temblor apagado en los espejos
los olvidos sonámbulos
y las trazadas manos
sobre la sombra
de tu canto

los ojos que cortan
otros ojos

los dedos que acarician
otras huellas

en límites de nadie






Luis Llorente

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