martes, 5 de noviembre de 2013

EL PÁJARO SE POSA...


El pájaro se posa
y se retiran al fondo del paisaje
las lentísimas cortinas del mundo.
En el temblor de la luz anunciada
la distancia azul de la ceniza.
Hay silencio en el lugar
como el nocturno hueco ya habitado.
Miras perplejo
y los ojos son sólo
memoria de lo mismo.
Palabra o piedra destruida,
el parto de otro cielo,
el anuncio de la voz en la fragilidad extenuada.

Cuando vuelves por el aire
das la muerte a cada paso.
Fulgor del alma: huella repetida
en la llama que se fuga.

El pájaro alimenta los sonidos. Inventa
otro lugar de la materia, contempla
la ignorada secuencia de la lluvia.
Es mortal como tu rostro. Envejece
ruidoso y ultimado,
signo de la consumación
y estela del ardor del nacimiento.

El pájaro nombra y tú lo observas
hasta dejar de ver
su extinguida aparición.

El pájaro posado es la invariable luz
de la tarde adormecida. Deja su espacio
a otro cuerpo,

en su ausencia nace el día.

 




Luis Llorente

No hay comentarios:

Publicar un comentario