martes, 8 de mayo de 2012

LA MISTERIOSA


Ella un día
veloz cruzó la niebla.
(Frágil, tímida, hermosamente discreta).

Sin darse cuenta, dos cuerpos se acercaban.

(Yo miraba secretamente
como una sombra en la sombra).

La noche, los días extraños, el sueño,
los largos pasillos del alba,
las ruinas de una ciudad inventada.

Hace tiempo escribí un poema
para encerrarla en la memoria.

Pero todo es un vacío,
un signo frágil de lo ausente.

No he podido reinventar su rostro.

Su voz, las huellas como un pájaro
que se acerca a un hueso junto a un muro,
picoteando pan bajo la lluvia.

Como el árbol en la llama, como las tumbas en la noche.

Los restos del deseo, todo eso que llamamos amor
y sólo es el olvido.

El humo de los días: las horas que pasan sin saberse
y dejan siempre una pregunta.

El silencio. La luz velada y tenue. Este rumor.

(Dónde estará ahora, en qué perdido laberinto).

Necesito verla.

2 comentarios:

  1. Los restos del deseo.... sólo es el olvido... La luz velada y tenue. Gracias, Luis! Estamos juntos en estos sentimientos, en las sensaciones de bruma que nos ha dejado el tiempo. Un abrazo, poeta!

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