lunes, 8 de abril de 2013

PRIMAVERA NACIENTE



Se esconde el tiempo
en la abrigada música
que nos da la luz y la certeza.
Los signos ocultos
de la indomable primavera
vuelan y perfuman
este encuentro. Late
la luz de todo lo visible
y los labios tendidos sobre el rostro.
Aquí lo callado es permanencia:
han ardido los guantes del invierno
para entregar su llama
a los espejos dormidos de una nueva estación.
Música insalvable y acompasada muerte,
separado espíritu
de la memoria y de la fiebre. Miramos
el olvido: lo nuestro es este canto
hecho de luz, el hilo de las horas
sin descanso, el fulgor del río
al fondo de la ciudad y el viento
sobre la lluvia que ha dejado
de latir. Los pasos
recorren la retirada calma
de este día, un poema
trazando un paisaje sin condena
en la latitud de este silencio.



8-4-2013

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