Volved a los desiertos,
poetas de túneles ausentes.
La palabra del poeta siempre es vana,
o casi siempre,
porque no toca el día
ni la noche
ni la pobreza cautiva de una sombra.
Su piel se desteje en abandono,
y va brillando la superficie de un desierto.
Por si rompe aquí la luna
volved a los desiertos,
y a sus tristes cavernas convertidas en fantasmas.
Quedarse en las palabras:
patria del poeta; yo me quedo aquí
por siempre o por nunca
instalado en el maleficio del silencio.
Quemarse en las palabras,
y la espera que mientras es refugio,
alado refugio,
refugio aquí para una sombra.
Quemarse en las palabras
mientras duran,
y la casa era esto
y nosotros somos
este túnel sagrado
para alcanzar la luz en el poema.
Quemarse en las palabras
y ser sólo el fuego.
Luis Llorente Benito, agosto 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario