La nueva voz, no un poema.
El silencio en las lámparas dormidas.
Asómate a esta ventana, amigo,
mientras suena Muddy Watters.
(El patio interior.
El sucio corazón de una paloma.)
El blues que sangra
y es un cuaderno de páginas azules
en la mesa desierta. Y la casa vuelve
en su naciente desnudez temblando
hacia la lluvia: septiembre está aquí
como una cabaña que se encuentra
después de cien kilómetros de duda,
de temblores apagados y de soles ácidos
saliendo de farolas amarillas.
Ya es de día,
y la luz se extiende en este canto.
Eres tú, la cortesana del templo:
tengo que mimarte.
Al compás del blues que está gritando
sí, lo reconozco, me gusta este poema.
Luis Llorente Benito, septiembre 2010
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