Pues cambiar de sitio
como se cambia de poema,
como se habla solo,
como se entregan tus zapatos al mordisco del sol.
Los pasos se quiebran deliberadamente.
Puedes caminar y correr,
mirar, saber que lo que tienes es tu vida
y que hay un día que tarda en apagarse.
Estás cansado pese a haber dormido muchas horas.
El destello en tus ojos, que conocen la rutina,
y la tentación de mirarse en otro espejo
más agrietado que la tarde. Hay sueños negros
y una oscuridad que habita el jardín tras los muros
antiguos. Y antiguo eres tú. Antiguo
porque ya no tienes nada
ni sabes dónde estás.
Luis Llorente
Escrito el 12-1-2011
Probablemente para el libro Nunca
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