Ya no.
Ya sólo la hoja que cae.
Ya sólo el poema que se queda solo.
Y tú has estado aquí,
viniste un día y te alejaste sonriendo.
Has estado aquí, has mirado
temblar la lluvia. Has dicho
la palabra de nadie, la muerta y rota
luna de nadie, los huesos tibios
de nadie, las auroras de nadie,
y te marchaste sin saberlo.
Empieza a llover y se extiende tu grito de ausencia.
Viniste un día, estuviste
como una lenta espina que se clava en la piel,
y sus agujeros de sangre en calma,
y el estanque de mis ojos
mirándote con alegría,
mirándote
desde la muerte.
Ya sólo la hoja que cae.
Ya sólo la hoja.
Ya sólo.
Ya no.
28 de marzo, 2011
"Inmortalidad de la nada" me gusta más. El tuyo, genial.
ResponderEliminarC.
Gracias, C.
ResponderEliminarA mí también me gusta más "Inmortalidad de la nada".