(En un balcón)
Sólo cuando se es hombre se sabe qué es la vida,
sólo si se ha cumplido con la edad
se sabe lo que empieza y lo que acaba.
Se sabe que el vacío que nos queda
es el hermoso todo que tuvimos:
como un bosque inmolado.
Donde el azul del cielo sólo encuentra
ancho campo abismal. Ya nada obstruye
el palpitar de un ala poderosa.
Ya las paredes todas se evadieron
y estamos al desnudo como un cuerpo,
paradisíacamente. Es el retorno
tras haber agotado a la serpiente:
tras haberla dejado de escuchar.
Es el retorno fiel a la ignorancia.
Juan Gil-Albert (Alcoy, 1904-Valencia, 1994)
Del poemario Poesía (1952), antologado en Antología poética 1936-1976 (Plaza & Janés)
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