La idea era escribir sobre cartuchos
de tinta.
Cartuchos como balas y poemas…
Y no.
Era una tontería.
Se puso la chaqueta y salió en busca
de todas las promesas que le hicieron.
Tenía veintiséis años. Había
leído algunas cosas y una vez
burló a la muerte o eso es lo que cuenta.
La tarde era otra tarde y qué decir
de esa vaga tristeza,
del cartucho de tinta sin usar
que esperará otro día en su bolsillo.
Ben Clark
Otoño. 2010
Últimamente admiro, como poeta y como lector, la capacidad de contención y síntesis de ideas que tiene Ben Clark en sus poemas. Es un poema con paisaje propio sin necesidad de enrrollarse... y que no destaca por sus metáforas sino por la sabiduría y el ingenio que encierra. Esto viene de ciertos poetas angloamericanos, de los españoles que empezaron a publicar en los 50, y de ciertos poetas realistas de los 90...
ResponderEliminarDe nuevo, doy las gracias a Ben. Robo este poema para mi blog. Es cojonudo.